Ensayo

 El principio del placer

El principio del placer, es un libro de seis  cuentos del escritor mexicano José Emilio Pacheco publicado en 1997. Obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia en 1973 en el campo de la narrativa. El libro habla correspondiendo a las edades humanas desde la infancia hasta la vejez, el descubrimiento del amor, la amistad, la sexualidad y la corrupción. Los seis títulos de los cuentos son:
- El principio del placer.
- La zarpa.
- La fiesta brava un cuento de Andrés Quintana,
- Langerhaus.
- Tenga para que se entretenga.
- Cuando salí de la Habana, válgame Dios.

Cada uno tiene diferentes temáticas, por ejemplo, “En el principio del placer” habla del amor que, a pesar de todo, se defiende a capa y espada, “La Zarpa” habla de la amistad y la envidia, “La fiesta brava” de lo que podría ser la corrupción que había en el país, “Langerhaus“ el fantasma que hubo en su niñez, y por ultimo “Cuando salí de la Habana, válgame Dios“ el cual habla de los viajes en el tiempo que trata de dar a entender que no hay escape al peso de la historia.

El cuento que da título al volumen es, el más parecido, a “las batallas en el desierto” ya que está narrado desde el punto de vista de un adolescente que se enamora perdidamente de quien no debía: de una mujer de clase baja y mala fama rodeada de misterios y rumores. El cuento se convierte en un relato de desengaño, no solo sobre el amor, sino sobre la vida y la sociedad mexicana.
"La zarpa" es un relato más simple, centrado en una relación de envidia que atraviesa toda la vida de dos amigas.
 "La fiesta brava" Usa la técnica de mis-en-abime, de relato dentro del relato, Pacheco nos presenta a un escritor frustrado al que le ofrecen la oportunidad tardía de publicar un cuento en una nueva revista de capital americano. El relato que se escribe, es titulado también "La fiesta brava", este es un remedo de "La noche boca arriba" de Cortázar, situado en un México a la Carlos Fuentes y con una evidente carga antiamericana. El relato es rechazado por la revista, y el escritor sufre las consecuencias. Los tres relatos que cierran el volumen principal e importante ya que "Langerhaus", "Tenga para que se entretenga" y "Cuando salí de La Habana, válgame Dios" son relatos que se introducen en el género del relato fantástico, las incoherencias cronológicas o las desapariciones misteriosas. 
Este libro a pesar de haberse publicado en 1997 apareció por primera vez en 1972 siendo reeditado constantemente desde entonces, ahora se ofrece en una nueva versión que lo hace el mismo libro y a la vez otro nuevo, enriquecido con toda clase de precisiones que lo vuelven aún más nítido y coherente. Innumerables lectores han disfrutado de este libro y, ahora, es más abierto a otras lecturas e interpretaciones en un contexto que era impensable en el momento en que salió.
El libro en general despierta muchas sensaciones, pensamientos y emociones que sería absurdo catalogarlos a todos de una sola manera, pero si se tuviera que hacer, la palabra que podría describirlo sería “vida” ya que, por si solo habla prácticamente de eso, y porque así se siente, es imposible no identificarse al menos con una de los tres primeros cuentos y fantasear o ponerte en el lugar de los otros tres.
Ahora, se puede decir que J. Emilio Pacheco, domina las técnicas narrativas y muestra que, sobre todo en el primero relato, tiene una sensibilidad semejante a la demostrada en “Las batallas en el desierto”. Y cuando se sumerge en la corriente de la literatura fantástica latinoamericana, y es más difícil verle destacar en esas tramas, por lo que, es mejor narrando que haciendo poesía. 


Por últimos, se debe aclarar que esta es solo uno de los muchos libros que se han publicado de José Emilio Pacheco, y al igual que en este, se considera que tienen el mismo único toque que el escritor aporta, la forma de conectarse con el lector por medio de las palabras es única.
Fue un escritor sin protagonismos que retrató con letras las calles y voces de la Ciudad de México para inmortalizarla. Utilizó ejemplos de la naturaleza, el tiempo, la destrucción y el drama como fuente de alegorías y lecciones en sus cuentos, poemas, crónicas, ensayos y novelas.1
Y el principio estético es ese precisamente, el llegar al alama de sus lectores solo con letras. 


Bibliografía
1  Información: DAFComunicado No. 1091/201430 de junio de 2014

Pacheco, José Emilio: El principio del placer, Era. México, 1997.

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